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Erupciones de los últimos 60 años en CR

Costa Rica es un país en cuya formación el vulcanismo ha tenido mucha influencia.
Actualmente forma parte de una cadena volcánica en ámbito centroamericano, cuya
actividad principal y más reciente, se concentra en una estrecha faja de unos 25 km de
ancho por 1400 km de largo, perteneciendo al llamado “Cinturón de Fuego
Circumpacífico”.

El sistema orográfico del país tiene tres poderosas masas cordilleranas acuñadas en
su escudo: la Cordillera de Talamanca con 150 km de longitud, la Cordillera Volcánica
Central con 90 km y la Cordillera Volcánica de Guanacaste con 120 km de longitud,
incluyendo al aislado sistema volcánico Arenal- Chato.

En Costa Rica se han reconocido más de 200 focos volcánicos de los cuales
solamente unos 20 poseen morfologías juveniles de tamaño respetable. De estos volcanes,
únicamente el Rincón de la Vieja, Arenal, Poás, Irazú y el Turrialba han mostrado actividad
eruptiva en época histórica. Los otros, sin embargo, manifiestan cierta actividad residual
(solfataras, aguas termales, microtemblores, etc.) con formas recientes, que les permite no
hacerse acreedores aún del calificativo de extintos. 

Los volcanes recientes de Costa Rica son sólo las manifestaciones más cercanas (últimos dos millones de años) de una larga cadena de episodios volcánicos insulares presentes desde hace sesenta y cinco millones de años. Surgieron por las fuerzas endógenas de la naturaleza, producidas por cambios físicos y químicos, y no son otra cosa que una manifestación de la energía almacenada bajo la corteza terrestre. 

Por lo tanto, nuestro país ha estado expuesto a los fenómenos volcánicos
desde épocas pretéritas y con gran probabilidad así continuará por muchos millones de años
más durante su evolución geológica.

El desarrollo de la vulcanología en Costa Rica puede sor dividida en cuatro etapas o
períodos: 

I. De 1719 a 1887: primeras referencias o descripciones sobre la actividad
de los volcanes y sus productos, con nuevas descripciones y ascensiones a la mayoría
de nuestros volcanes al final del período, principalmente par naturalistas alemanes. 

II.De 1888 a 1925: período floreciente de la vulcanología y otras disciplinas geofísicas
en Costa Rica, favorecidas por la creación del Instituto Físico Geográfico (1889), y
por un selecto grupo de extranjeros y nacionales que realizaron una intensa labor de
investigación, con publicaciones referentes a la actividad y morfología de los
principales volcanes, con descripciones más geológicas y cuantitativas.

III. De 1926 a 1962: decaimiento de los estudias vulcanológicos, con sólo algunas trabajos
ocasionales, pero que no corresponden a un desarrollo sistemático a pesar de la fuerte
actividad eruptiva del Volcán Poás en 1953.

IV. De 1963 a 1987: nuevo auge de la vulcanología caracterizado por fuerte actividad volcánica (Irazú-Arenal) y el posterior desarrollo de la docencia e investigación, con formación de especialistas y centros de estudios vulcanológicos, instrumentación y vigilancia de los principales volcanes, con estudios conducentes a la explotación de la energía geotérmica en áreas volcánicas y evaluación de los riesgos volcánicas.

Referencia Bibliográfica:

Alvarado. G, Morales. L, (1989). Historia de la Ciencia y la tecnología :El Avance de una disciplina. Editorial Tecnológica de Costa Rica, Cartago, Costa Rica.


Erupción del Volcán Irazú 1963